viernes, agosto 31, 2007

Un paseo por “las joyas” de Arroyomolinos

Arroyomolinos fue fundado en 1228 por el rey Alfonso IX, pero sus tierras han sido habitadas desde el neolítico. Nos hace pensar esto, la aparición de algunos restos como son puntas de sílex y lo que se cree que son restos megalíticos existentes en un paraje denominado El Cerro de la Horca.

Es en la Edad de los Metales, cuando los restos de asentamientos son más importantes. Estos restos, los conforman dos Castros situados en la Morra del Pajar y en la Herrumbosa. Además, la cercanía de dos Rutas Comerciales: Ruta de la Plata y la Vía de Medellín-Cáceres.

Con la llegada de los romanos, los restos arqueológicos aumentan y su hábitat disperso hace que actualmente por diversos parajes de la zona aparezcan huellas de su estancia.

Pero quizá, donde mejor se pueda contemplar la mano de Roma, es caminando hacia su magnifica sierra, por su gran Ruta de Molinos. Es denominada así, porque una buena parte de su recorrido se realiza por una garganta que alberga más de treinta molinos harineros, la mayor parte de ellos construidos en mampostería aunque hay algunos en los que se pueden observar unos perfectos sillares.

La molienda suponía un proceso muy interesante, pues los molineros, se ponían de acuerdo para ver que día la realizaban y así soltar el agua de una charca denominada la Charca de la Suelta. Esta, construida en el arroyo y a una considerable altura, aumentaba el caudal y se lograba que el agua llegara en más cantidad a los molinos. Algunos de estos, y gracias a su disposición podían moler con el agua que ya había utilizado el anterior.

El agua, pasaba de la Charca por la Acequia y caía al Cubo. El molinero esperaba a que este se llenara totalmente y cuando esto sucedía abría una pequeña compuerta denominada Saetín. Esta, situada en la base del Cubo al abrirla dejaba escapar el agua que por causa de la fuerte presión con la que salía, movía las palas del giratorio Rodezno. Este, a través de un fuerte tronco denominado Maza transmitía el movimiento a la piedra superior o Volandera que con su giro sobre la piedra inferior o Solera (sin movimiento) procedía a moler el grano.

Cada molino, hoy en día sigue siendo conocido por el nombre de su dueño, salvo alguno como El Molino de La Cruz que es llamado así por una cruz que lucía en su exterior.

No hay que olvidar por estos parajes el camino de la Piedra del Dedo Meñique, una roca granítica cercana a las cuarenta toneladas, que empujada por determinados puntos permite su movimiento.

El paso de los pueblos árabes supuso una época para Arroyomolinos de convivencia, pues judíos, mozárabes y cristianos habitaron sus casas en este periodo. La existencia de La calle Juderían así nos lo demuestra.

También nos encontramos con que muchos de los molinos mencionados anteriormente son de origen árabe, cosa que no es nada de extrañar conociendo la habilidad de esta cultura para aprovechar los recursos hidráulicos.

Arroyomolinos como Villa Santiaguista, conserva un buen número de escudos de esta época, algunos de ellos se encuentran muy bien conservados como el Escudo de la Calle Real.

También se conservan como símbolo de la conquista en el periodo de las Ordenes Santiaguistas, una impresionante Cruz de San Martín. Tiene una altura de siete metros con un tronco octogonal asentado sobre cuatro peldaños de piedra, pudiéndose observar en ella varios escudos de diferentes órdenes religiosas.

El monumento sin duda más importante de Arroyomolinos, es La Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, clasificada a finales de siglo XV o principios del XVI. Dicha construcción está considerada como una de las joyas más importantes de la Diócesis de Coria-Cáceres. En ella destacan; su portada, con elementos góticos y renacentistas, un púlpito de cantería de estilo plateresco ornamentado y lo que más llama la atención; su torre. De forma cuadrada y líneas esbeltas, está sustentada por cuatro pilares cerrados en una bella bóveda, permitiendo con este recurso arquitectónico, que por debajo de ella pase una calle con todo su transito habitual. En su interior junto a sus retablos barrocos ricamente decorados, varias imágenes y un bello sepulcro recientemente descubierto, podemos encontrar una importante tabla de la escuela Hispano-Flamenca conocida como “La Virgen de la Leche”, su nombre se debe al tema tratado, ya que se representa a la virgen madre amamantando a su hijo. La virgen se representa con corona y un rostro muy delicado, en la izquierda y la derecha hay ángeles cantando y tocando instrumentos que representa la felicidad de ese momento.

En torno al XVI también llegaron a existir hasta seis ermitas (San Marcos, San Martín, Santa Marina, Santo Domingo, San Sebastián y Santa Catalina) de las cuales hoy en día solo existe como tal la de San Sebastián. Joya de Arroyomolinos, es obra de uno de los principales maestros del renacimiento español Roque Balduque.

La ermita de San Sebastián dedicada a San Sebastián patrón de Arroyomolinos. Dicho monumento popular no es grande , ni rica, ni majestuosa, más bien humilde, pero se conserva llena de luz y con una cierta gracia en sus muros blanqueados. Consta de una sola nave con tres cuerpos , camarín y sacristía. El altar mayor, en forma de concha, y entre otras imágenes destaca la de San Sebastián, con imágenes marianas, que supone el punto de partida tanto iconográfica como estilísticamente para las creaciones de los escultores del posterior manierismo sevillano.

Un paseo rápido por la historia de Arroyomolinos, que sin duda nos deja un dulce sabor de boca para venir a visitar este paraje tan mágico que nos puede trasladar la mente y el alma a pasadas épocas inolvidables.

¡Visita Arroyomolinos, sus joyas brillarán en tus ojos!

Olivia López Castro

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